morir asi da gusto


La muerte de la muerte

Si te gustan las emociones fuertes por que no te tumbas los dientes y ves cuanto aguantas prendiéndote cuetes, o vas a ver al Quinteto de la Muerte. Eso si en el pachamama nunca mas. Hemos presenciado, los afortunados, que fuimos muchos, el funeral de una cosa porosa.

Los seis del quinteto son un genio todos juntos. Y cuando se van, que mas que sacarse el sombrero, diciendo chapeaux y diciendo chau.

Bueno esa es la mala noticia, al principio y toda junta, la buenas noticias son recordar y seis amigos que no se van mas.

Recordemos por ahora lo que paso en el funeral.
Desde tempranito, se veía venir, gran expectativa, dejamos el pacha en condiciones inmejorables para recibir al cadáver que entro manso, listo para patalear. Era la calma antes de la tormenta mental. Después vino la gente: Los viejos amigos que la casa heredo del quinteto y que son el tronco del árbol en el que devino la rama poética del pachamama, hoy por hoy todo un ombú.
Lo ultimo que recuerdo del antes, son los ingredientes de posguerra esparcidos en el sillón, el agua en la olla sobre la salamandra, y la gente que empezaba a calmar su sed.

Después todo.

Oficio de maestro de ceremonias, no se si Levin o Rafael, que contagiado por el espíritu de defunción, ya al final juraría suicidar su vida publica, previo incesto ahorrándonos 200 paginas. Pero eso fue más después. Lo que si se, es que fuese quien fuese, cuando agarra el micrófono, con envidiable calma dice las barbaridades mas geniales.

Empezo Romero. Alguien todavía estaba nervioso, por las cosas que decía Levin y para estar a la altura de las circunstancias y se retiro a la biblioteca, de donde se escuchaban, a solas, y bajo las oraciones astutas de romero. Hasta que una conversación directa entre Funes y Mendoza lo desconcentraron y perdió el hilo que jamás recobraría.

El aplauso separo a romero de Levin que retomo el hilo de las maximas del quinteto de todas las cosas, mientras se preparaba Molina. Y Molina, sentadito leyó, sin anteojos, un prologo sobre que es lo que le interesa a el de las letras. Y después leyó, con anteojos las letras. Eran 3 o cuatro relatos mundanos muy lindos, uno contó con la participación de una españolita de aca.

Aplausos mientras molina tomaba agua.

Mas Levin, a esta altura los que lo escuchabamos, porque básicamente estaba haciendo tiempo mientras se preparaba el proximo y muchos aprovechaban para charlotear y muñirse de mas escabio, no podiamos creer la astucia de la que es capaz.

Que impronta la del tigre cuando lee. Se para un poco las patas, se planta con una un poco mas adelante, el cuerpo apenas ladeado, y con el texto como la chica antes de comerle reciamente la boca al final de la película te espeta toda su crudeza. Esta vez la historia de La magui, su hija que se va y su ñieta que nunca llego a ser, y todo contado por un pata negra, un policía. Con grandes momentos como la sabiduría del barrio representada por los monos que ni ven ni hablan ni oyen, y la hija de la Magui que se hace culear en un encuentro religioso en la cancha del gallo de morón por un malandro porque se parece a Jesús, y sin berrear porque es pecado. Y después sale todo demasiado mal. Una tragedia del conurbano. Que pulenta la de Oyola. ¡Mamita! como decía La Magui.

Aplausos, con el culo en la mano, y por lo bajo pensando si no será que Oyola, la conoce personalmente a Magui, porque, conociendolo…

Como sea es un placer saber que tanto en lo literario como en lo personal este héroe del chamame navega viento en popa. Todos queremos mucho a oyola, poque es muy bueno y porque mete mucho miedo.

Una vez mas el maestro de ceremonias, que entre otras cosas anuncia, que la nueva novela del tigre se consigue en todas las librerias de españa. Despliega un poco mas de su magia y le toca a Funes.

Esta vez Funes se pasó.Leyó de directo de su anotador, de su puño y letra, un relato, que me temo es tan bueno como autobiográfico. Y para mi placer personal se las ingenio para hablar de pijas sin hablar de Mcri.
Como me reí. Y como aprendí, la idea de sacarle el cuero a la gente basandome en sus virtudes me ha tortura desde entonces. Funes seria un sociologo de renombre si no le gustase tanto la noche, la ficción, sus compañeritos del club, y hacer maldades. tambien
Lo hubiésemos aplaudido por el resto de la noche si no nos hubiese llamado cagones a todos y a la cara como gran finale. Uno también tiene su orgullo. Lo más fuerte de todo fue que le dedicase el cuento a Lunita. Punto para Funes.

Y a hora si: con ustedes Levin, que se presento a si mismo y nos dijo que en un acto de no se que nos iba a ahorrar las 200 paginas que le había tomado llegar a lo que el en realidad el había querido escribir. Un escena de incesto entre Rafael y, si no me equivoco, su prima. Lo cual no es tan incestuoso, así que, quizas era su herman, o su papa. La verdad es que no preste tanta atencion, porque ya estaba un poco ebrio, y comparto con el autor y con tantos otros una patología que no nos permite ser espectadores por demasiado tiempo. Ser el número final tiene sus desencantos. Además yo me había fumado las 200 páginas necesarias para saber que era un enano. Igor, no Levin.

Después de eso, vinieron las pesadillas recién soñadas de Gorostiza. Ese muchacho va a llegar lejos. Yo trate de afanarle una de sus prendas a ver si se me pegaba un poco de ese talento, fue inútil. Debe llevarlo puesto adentro. Sin palabras.

Y bueno después pudimos entregarnos de lleno a lo que habíamos venido a hacer. Llenarnos la cara de escabio, pelearnos y amarnos, jugar y guerrear. Reír y reír, y hablar y hablar.

Y en el apogeo del apogeo, ocurrió el japenin. El quinteto lavo los platos. No hubiese sido tan grave si no hubiesen cantado. Y eso fue muy gracioso, pero mas gracioso era que Gorostiza tocaba con los guantes de hule puestos.

Y después de eso habíamos quedado todos fané, y la emoción nos embargo y brindis tras brindis se hicieron las mil.

Larga vida al quinteto de muerte.

Gracias señores. Muchas gracias.

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