una paliza en vivo
El jueves pasado los señoriítos de EEV nos dieron maza sandunga. Y no solo en la teoría. El bolichón estaba hasta la perinola. No obstante, la alborotada concurrencia mantuvo la atención a lo largo de todo lo que se dijo, y lo que se dijo fue muy parecido a lo que se hizo después: patria. Pero no la patria amarilla y mancillada de tercer grado y la segunda inocencia. Otra . Y ya que estaban en eso se tomaron hasta el agua de los canteros.
Como tantas otras veces, pero inusualmente temprano, hubo un momento en el que parecía no entrar ni uno mas en el salón y entraron como quince. Llego a haber ochenta personas escuchando atentamente a siete señores leer un ensayo sobre lo intangible y las clausuras, lo público y lo privado y los avatares de la vinculación humana en su contexto actual. Me lo dicen y no lo creo, y sin embargo estábamos ahí, como quien no quiere la cosa, haciéndolo.
Y así entre pitos y flautas se acabo todo menos el güisqui caliente. Por suerte ya no éramos tantos y alcanzo para brindar por todo eso y cantar aquella canción.
nota especial para la el hecho de que todas las muchas mujeres que había eran hermosas y algunos de los varones también.